Como
hemos mencionado esta enfermedad es altamente contagiosa y puede afectar no
solo a los caninos sino también a otros animales de silvestres. La forma de
contagio es a través de fluidos corporales como orina, heces, saliva, entre
otros, de animales contagiados y que pueden transmitirse al comer o beber en
recipientes usados por otro animal ya enfermo o incluso por partículas de
saliva que se liberan con el ladrido.
En cuanto a los síntomas, el moquillo suele tener un periodo de incubación entre 14 y 18 días. Los primeros síntomas suelen ser similares a un resfriado, los cuales se van intensificando con los días y van desde la aparición de piches o secreción acuosa en los ojos de tu macota, fiebre, secreción nasal, tos, diarrea, vómito, falta de apetito o letargo, la aparición de varios de estos síntomas es una alarma que no hay que dejar pasar por alto. En algunos casos, pero no siempre, puede presentarse un engrosamiento de las almohadillas de las patas o descamación de la piel de la nariz.
En
este sentido, es importante tener en cuenta las siguientes recomendaciones que
ayudarán a prevenir el contagio de esta enfermedad:
1) La
vacunación, es el pilar fundamental en el control de la propagación de este
virus y aunque no garantiza en un 100% una inmunidad si reduce
significativamente el riesgo, por eso es importante completar el esquema de
vacunación de tu mascota y si es cachorro antes de que tenga sus vacunas es
preferible evitar el contacto con otros animales
2) Limpiar las patas de tu canino al
regresar de pasear, esta medida no es un capricho para evitar que ensucien los
muebles como muchas personas lo ven, es también una medida de cuidado con la
salud de tu mascota
3) Una adecuada alimentación, esto ayudará
a mantener en buena condición el sistema inmune de tu mascota
4) Recoger los residuos fecales cuando
saques a pasear a tu mascota, de igual forma limpia muy bien cuando por algún
motivo hagan sus necesidades en la casa y más aún si conviven con otros
animales
5) No permitas
que tu mascota se refriegue en tus zapatos, cuando llegues a casa limpia la
suela de tus zapatos y preferiblemente cambia tu calzado. De igual forma, evita
pisar los accesorios de tu mascota como sus mantas juguetes que muerdan y demás
si lo haces es mejor que los laves bien antes de que tu mascota vuelva a hacer
uso de ellos
Finalmente, ante cualquier signo de alarma respiratorio, digestivo, dermatológico o nervioso como la presencia de tics, no dudes en acudir a tu veterinario de confianza de inmediato.
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